Libro de Uroterapia

11 para ir al baño. El historial de defecación debe estar centrado en los criterios de Roma IV para la constipación. 2.- ¿Es la uroterapia la terapia ideal para el problema del niño? Antes de iniciar el entrenamiento miccional, se deben excluir las causas anatómicas y neurológicas de la DTUI. El tratamiento primero debe abordar las infecciones del tracto urinario (si las hay), seguido de la disfunción intestinal (si existe) y luego los síntomas diurnos y finalmente la Enuresis. 3.- ¿El grado de desarrollo, la madurez y el entorno social del niño son adecuados para someterse a este tratamiento? La evaluación psicosocial es importante para juzgar si el niño tiene la capacidad psicológica y la motivación para entender sus problemas vesicales/intestinales y comprender la justificación de la terapia. El tratamiento requiere un cambio en el comportamiento de evacuación intestinal del niño y, por lo tanto, el paciente debe tener la disciplina y la motivación para persistir en la terapia, y la familia debe poder apoyar al niño durante este proceso. Los niños menores de 6 años en general no tienen suficiente conciencia corporal o la capacidad de autorreflexión y disciplina. Por lo tanto, los niños menores de 6 años no deberían recibir uroterapia intensiva. No obstante, en estos casos es más importante explicar a sus padres cómo apoyar a su hijo. Acontecimientos importantes como el cambio de casa, cambio de colegio, o la llegada de un nuevo hermano(a) pueden ser motivos válidos para posponer el inicio del tratamiento. Los problemas de interacción dentro de la familia también pueden tener un impacto negativo en los resultados del manejo. Los trastornos emocionales y del comportamiento, como el TDAH, se observan con mayor frecuencia en niños con DTUI. Es fundamental considerar esta realidad. Se recomienda utilizar cuestionarios como el CBCL (ver www.aseba.org) o Strength and Difficult Questionnaire (SDQ, ver www.sdqinfo.org/a0.html) para recopilar información sobre el comportamiento del niño y/o si existe un motivo de preocupación. Los problemas de comportamiento interfieren con el tratamiento y ocasionan resultados menos favorables.18-20 Será útil examinar cada uno de estos tres elementos por separado, pero es importante señalar que éstos están interrelacionados.

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